20 CONSEJOS PARA UN LEGISLADOR
- Alejandro Fabara Torres
- 19 jun
- 3 Min. de lectura
Maratón es una localidad griega que hoy cuenta con poco más de 30 mil habitantes. Desde allí, en el año 490 a.C., partió un soldado que corrió 42 kilómetros hasta Atenas para anunciar la victoria sobre los persas. Desde entonces, maratón es sinónimo de esfuerzo sostenido y larga distancia. Así es la comunicación legislativa: una maratón de comunicación política.
¿Qué debes hacer mientras recorres tu extenso camino legislativo?
Trabajar, por supuesto. Legislar. Cumplir tus funciones. Pero, esencialmente, generar contenidos políticos y comunicarlos de manera coherente a lo largo del tiempo. Esos contenidos te convertirán en una marca. Una marca política. En ese contexto, te propongo 20 consejos prácticos:
Crea tu sitio web. Incluye una sección que cuente quién eres y publica tus datos de contacto. Actualízala regularmente con notas de prensa y fotos en alta definición que puedan utilizar otros medios.
Sé transparente. Da a conocer quiénes son tus asesores, tu registro de asistencias, intervenciones, proyectos de ley, observaciones y pedidos de información.
Explica tus proyectos. Comunica de forma clara y didáctica los proyectos que abordas en tu Comisión.
Define tu visión. Establece las 4 o 5 metas principales que deseas alcanzar a largo plazo. Diseña objetivos realistas, medibles a corto y mediano plazo.
Elige tus redes sociales. Define tus tres plataformas principales, crea contenido breve e informativo, y mantén una interacción constante con tus seguidores.
Haz menos, pero hazlo bien. No intentes hacer todo a la vez. Sé coherente entre lo que prometes y lo que haces. Si algo no se puede cumplir, explícalo detalladamente.
Menos reuniones, más efectivas. Sé breve, preciso y orientado a resultados. Trabaja desde tus fortalezas y delega lo que no dominas.
Gestiona tus recursos personales. Tiempo, energía y atención son tus activos principales: inviértelos con sabiduría.
Prioriza. Organiza tu agenda en función de lo importante, no de lo urgente. La prioridad es una sola: lo más importante del día. No trivialices el término usándolo en plural. Sé riguroso con tu planificación y puntual en cada compromiso.
Toma decisiones bien informadas. Ni la desinformación ni la sobre información ayudan. No bases tus mensajes solo en tendencias digitales. La clave es interpretar la realidad social, no la virtual.
Usa los medios con estrategia. Nunca faltes a una entrevista pactada. Comunica con un lenguaje claro. Nunca mientas ni engañes.
Prepárate para cada entrevista. No des discursos: dialoga con la gente. Escucha más de lo que hablas, controla tus emociones y nunca te enfrentes con periodistas.
Rodéate de profesionales. La política ya no admite improvisación. Fortalece tu equipo legislativo, digital y territorial. Capacítate permanentemente, y cuida la comunicación interna con tu bancada.
Recorre tu territorio. Visítalo sistemáticamente, investiga la opinión pública, crea una base de datos de contactos y rinde cuentas de tu gestión.
Mantén conexión con la gente. Escucha lo que dicen fuera del «círculo rojo» de la política. Sé cercano, conoce los problemas reales y relaciónate con grupos sociales vinculados a tus temas.
Busca relaciones, no solo votos. Provoca resistencia con la gente que las acciones políticas sean claramente electoralistas. Si quieres ganarte su confianza, camina a su lado, escucha y aprende. Un relación directa aumenta el impacto y la percepción positiva.
Cuida tu cuerpo. Buena alimentación, ejercicio, descanso adecuado y chequeos médicos son fundamentales.
Cuida tu mente. Filtra los contenidos que consumes. No te dejes arrastrar por el ruido negativo. Enriquece tu mundo interior y tu capacidad de análisis.
Prepárate para los ataques. Analiza quién te ataca, por qué, y qué impacto puede tener. Ignora los ataques débiles, pero si cometiste un error, lo mejor es reconocerlo de inmediato.
No te pierdas en el cargo. Mantén una vida lo más normal posible fuera de la política. Sé humilde. Recuerda que la soberbia destruye, y tarde o temprano, todos volvemos al llano.
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