FERNANDO SAVATER, UN HOMBRE LIBRE
- Alejandro Fabara Torres
- 25 ene 2024
- 4 Min. de lectura
En su último libro, «Carne gobernada», el filósofo y escritor Fernando Savater sube el tono de su obra con esta memoria intelectual que narra su viaje político desde un izquierdismo juvenil hasta un constitucionalismo ilustrado de derechas. Su relación con «El País», periódico que el mismo ayudó a fundar y en el que fue columnista por 47 años hasta hoy, se dinamitó luego de las críticas a la línea editorial y una entrevista en la acusa al diario de haberse convertido en «portavoz del peor Gobierno que ha tenido la democracia española desde la muerte del dictador Francisco Franco». Un sincericidio en toda regla.
A través de un extracto del libro, publicado en «El Confidencial», Savater da luces sobre la paradoja de la izquierda en España y el resto del mundo, cuestionando por qué esta conserva una buena reputación a pesar de sus históricos fracasos.

Juzgar a la izquierda por sus intenciones y a la derecha por sus resultados
Savater hace un recorrido desde su actividad antifranquista durante la dictadura, pasando por las severas denuncias al terrorismo de ETA y llega a su actual contradicción con la deriva progresista del gobierno de Pedro Sánchez en España.
«¿Por qué conserva la izquierda tan buena fama en nuestro país, a pesar de los crueles fracasos históricos que ha sufrido allí donde se ha impuesto de manera imperativa? Por una mirada sesgada que ha establecido la norma de juzgar a la izquierda por sus intenciones y a la derecha por sus resultados», dice el filósofo en el adelanto de la obra que publica «El Confidencial».
«Si uno proclama que quiere acabar con la miseria y la desigualdad, conseguir una educación universal y una sanidad que proteja por igual a todos los ciudadanos, sean cuales fueren sus ingresos económicos, solo cabe aplaudir estos objetivos generosos. ¡Qué diferencia con las propuestas de la derecha, que hablan de prosperidad conseguida por medio del trabajo remunerado, de propiedad privada, de orden social basado en el cumplimiento de las leyes!», exclama Savater en su nuevo libro.
Si la izquierda no ha transformado las sociedades que gobierna, es porque la alternativa siempre ha estado en la derecha, a la que Savater ve como un modelo cuyos «principios y métodos han conseguido sin duda las mejores y más competentes sociedades democráticas allí donde se han aplicado: en ninguna parte ni en ninguna época ha habido mejores sistemas políticos donde vivir y la prueba es que la gente huye de los países comunistas a los capitalistas, nunca al revés».
Savater no se queda a gusto, declara que «después de haber alardeado de chico malo, comprendí que las mejores personas que he conocido en mi vida —mis padres, mi abuelo— eran más bien de derechas.»
«Esas injusticias, que se pretenden corregir, pero se reproducen una y otra vez, bastan para condenar a ojos de los deslumbrados por las buenas intenciones izquierdistas los incomparables logros de las sociedades liberales. Si alguien promete el paraíso (entre cuyos requisitos está ser inalcanzable) ¿cómo conformarse con un purgatorio con aire acondicionado y agua corriente?», sentencia.
Otros libre pensadores
Al igual que Fernando Savater, el Premio Nobel, Mario Vargas Llosa también presentó una autobiografía intelectual y un gran ensayo sobre las ideas liberales cuando presentó «La llamada de la tribu» en 2018.
El inglés, Sir Roger Scruton, abordó el fenómeno de la izquierda en varios ensayos que pueden leerse en su página web. Se preguntaba constantemente por qué la izquierda, a pesar del absoluto fracaso de la Unión Soviética y Cuba, sigue teniendo tantos defensores.
«El problema no es la falta de literatura. Las invocaciones al terror comunista abundan e incluyen obras maestras que toda persona culta debería conocer, como Oscuridad al mediodía de Koestler, Doctor Zhivago de Pasternak y Archipiélago Gulag de Solzhenitsyn. Sin embargo, el resentimiento anula fácilmente la evidencia. Al igual que el antisemitismo ha sobrevivido a los constantes recordatorios del Holocausto, la visión marxista sobrevive al testimonio acumulado de su legado asesino. Los resentidos aprecian su odio más de lo que respetan los derechos de quienes lo suscitan», escribía Scruton.
En última década más pensadores europeos critican el fallido modelo propuesto por la izquierda. El escritor francés más reconocido de los últimos años, Michelle Houellebecq, describe en sus novelas las incoherencias de la generación de mayo del 68, que impulsó la nueva izquierda francesa, diciendo que «la izquierda se siente perdida y, como un animal herido, se vuelve mezquina. No era así cuando empecé a escribir. Ahora se siente morir y se vuelve mezquina».
Una nueva etapa
«Arrepentirme no es mi costumbre. Lo que he escrito está hecho desde la sinceridad y con mi mejor intención. Nunca he ido por detrás, no soy de los que se arrodillan ante un jefe y luego van por la espalda criticándole», dice Savater.
Seguirá con sus textos en «The Objective» y «a lo mejor me busco un complemento en otro periódico de papel. Claro, yo estoy anticuado y me gusta el papel; con los textos online tengo siempre la sensación de que se los lleva el viento. En alguna parte escribiré, sí, pero tampoco me obsesiona. Me voy a tomar un poco de descanso, aprovechando que me han echado», bromea.
«Los que creyeron que eso me iba a hacer reventar de cólera o de frustración no me conocen bien: puedo asegurar sin vanagloria que nunca he disfrutado tanto con mis columnas y libros como en estos últimos tiempos, sabiendo a cuántos molestan», finaliza.
Ovación de pie para Fernando Savater, un hombre libre.
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