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PRESIDENTE, ¿A DÓNDE VAMOS?

Mucho se ha comentado sobre el discurso de posesión del presidente Noboa. Algunos lo calificaron como emotivo pero carente de contenido: «no presentó un rumbo para el país», sentenciaron. Otros, en cambio, descubrieron al «orador que el Presidente tenía escondido». Opiniones hay tantas como destinos en un mapa. Pero el análisis debe ir más allá.


No todos los mensajes logran penetrar con facilidad en la mente del ciudadano. De hecho, el camino de entrada suele ser difícil y congestionado. La mayoría de los mensajes fracasa en el intento. Es sencillo: los mensajes centrados exclusivamente en la política tienen una clara desventaja. Solo llegan a una porción limitada de la población —aquellos muy interesados en el tema—. El resto los rechaza. Y no importa cuán brillantes o elocuentes sean, no logran entrar. Ese no es el camino.


¿Para qué viajar cargados con cosas que no vamos a necesitar? Las llevamos por si acaso: por si llueve, por si hace calor, por si hace frío o por si ocurre algo imprevisto. ¿Por qué cargar con más de lo necesario? Menos es más.


Menos equipaje es más libertad de movimiento. Más tranquilidad al empacar. Más agilidad para abordar un vuelo. Más comodidad para viajar en bus. Más disfrute del viaje.


La comunicación política, aligerada con un enfoque minimalista, puede ser más precisa, más significativa, más contundente y, sobre todo, más efectiva. Con este concepto no quiero banalizar la gran responsabilidad que tiene un líder para brindar certezas, pero en el largo trayecto de la política contemporánea, debemos dejar de cargar con el peso de enormes maletas comunicacionales. Lo esencial —lo mínimo necesario para conectar con la ciudadanía— tal vez quepa en una simple mochila.



Hoy, tras una etapa que ha dejado al país profundamente golpeado, la gente necesita inspiración. Necesita sentirse movida por las palabras de su líder. Inspirada para enfrentar su vida, su día a día, su futuro. La política está necesitando inspiración. Y eso fue precisamente lo que logró el presidente Noboa en los 21 minutos que dedicó a hablarle al país entero. Solo el 20% de lo que decimos es mejor que el silencio. El otro 80%, muchas veces, es irrelevante, superficial o incluso puede meternos en problemas.


Muchos seguirán preguntando: ¿Cuál es el rumbo, entonces? ¿Hacia dónde va el país? ¿Cuál es su plan de vuelo? La respuesta no está en un discurso. Está en las acciones. El Presidente calibra su brújula en los dos proyectos de Leyes Económicas Urgentes que presentó a la Asamblea Nacional.


Para analizar eso, nos vemos en la siguiente parada.

 
 
 

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© Alejandro Fabara Torres. 2025

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