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¿SE PUEDE ROMPER LA POLARIZACIÓN POLÍTICA?

Nokia y Blackberry dominaban el mercado de teléfonos móviles a inicios de 2007. Parecía imposible romper esa polarización. Nokia era sinónimo de resistencia y solidez. BlackBerry la marca insigne del teléfono corporativo que integraba el correo electrónico. En la mente de los consumidores todo se limitaba a esas dos opciones.


Con frecuencia, lo mismo ocurre en el ámbito político. Son muchas opciones políticas que compiten por el voto de los ciudadanos. Pero pareciera que los votantes prefieren visualizar solo dos opciones. Y así se construyen los escenarios de polarización política como el que vivimos actualmente.


¿Qué es la polarización política?

La polarización política es la alta concentración de las preferencias ciudadanas o del voto en torno a dos partidos o candidatos que son visualizados como los únicos en condiciones reales de ganar la siguiente elección. El cerebro humano es un gran aliado y soporte de este fenómeno porque en su tarea de simplificar procesos prefiere lo binario: blanco o negro, amigo y enemigo, bueno o malo, ellos o nosotros.


¿Cómo identificar un escenario de polarización?

  • Ambos polos políticos dominan la conversación social, protagonizan los titulares de la prensa, sus opiniones tienen más peso en la opinión pública y circulan más rápido en redes sociales.

  • La carga emocional del enfrentamiento político se vuelve más intensa progresivamente.

  • La mayor cantidad de recursos humanos y materiales se concentrar en torno a esos dos polos.

  • El voto útil empieza a moverse hacia ellos por la dificultad de consolidar una tercera alternativa.

  • Afloran y dominan las emociones más primitivas (agresión, irracionalidad, desborde de pasiones).


Instalada la polarización, quienes forman parte de ella están satisfechos. Pero quienes están fuera intentan romperla, la gran pregunta es: ¿se pude romper?


¿Qué rompió la polarización entre Nokia y BlackBerry?

El iPhone fue presentado por Apple en enero de 2007. Nokia y BlackBerry no lo vieron como una amenaza a su posición dominante. Ambos confiaban en la polarización del mercado. Lo que nunca vieron estas empresas es que el nuevo smartphone desembarcó en un flanco descuidado por ellos.


El iPhone no atacó frontalmente la fortaleza enemiga. No intentó posicionarse como más robusto que Nokia ni como mejor integrado al email corporativo que BlackBerry. Por el contrario: desembarcó en el flanco de la pantalla, muy poco desarrollado por las empresas rivales.


A partir de la novedad de centrarse en la pantalla táctil el iPhone creó una nueva categoría de smartphones. Una categoría de la que era líder y único miembro. Desplazó a los dos gigantes del mercado sutilmente y el resto es historia.


Los errores del tercero en un escenario polarizado

Volviendo a la política, muchas veces un tercero que intenta irrumpir no tiene la precisión estratégica del iPhone. Pero la mayoría de ocasiones, son sus propios errores los que fortalecen la polarización que intentan romper. El primero es atacar frontalmente a ambos líderes del mercado electoral. El segundo, atacar frontalmente a uno de los líderes. Y finalmente, buscar posicionarse en un punto medio entre ambos líderes.


Se preguntarán: ¿por qué esas tres estrategia no sirven? Centrarse en quienes encabezan las preferencias es funcional a ellos, los ayuda a mantenerse sobre la ola en la conversación social. Y le impide a ese tercero posicionar una identidad fuerte en la mete de los votantes. Por que es allí, en la mente de los votantes, donde vive la polarización. Y también, es solo ahí en donde puede destruirse.


Esos tres errores se basan en el mismo marco mental que produce la polarización, en el fondo juegan el mismo juego. Por ende, obtienen el mismo resultado. Para romper la polarización política hay que romper con ese juego, con ese marco mental. Y construir uno nuevo.


¿Cómo romper la polarización?

El flanqueo es una maniobra militar conocida por no atacar el frente del enemigo de forma directa, sino un costado descuidado. Y concentrar ahí todas las fuerzas. Siempre será una estrategia arriesgada y de alto costo, pero si se hace bien los resultados son innegables.


No hay que olvidar que los adversarios a derrotar son dos. Entonces, el primer paso es estudiarlos a profundidad. Identificar sus fortalezas, comprenden en qué segmentos del electorado se apoya. Descubrir hacia qué problemas de los eventuales votantes estan apuntando sus propuestas.


Y luego encontrar el espacio vacío, la ausencia, el flanco descuidado. Encuentra el problema de los votantes que ninguno de los adversarios polarizados consideren seriamente. Debe ser un problema real, importante para esos votantes, que tenga sentido para esas personas, cargado de emociones.


¿Será el rechazo a la política, la indignación, la inseguridad, el alto costo de la vida, el daño al medio ambiente, la violencia de género, la falta de oportunidades y empleo? Sea cuál sea, identifícalo y estúdialo.


No olvides que debe ser una zona descuidado por los otros. A partir de ahí prepara tu estrategia. No des indicios, no avises, no ensayes. La sorpresa táctica es vital. Finalmente llega el día de D, tu movida. Tus propuestas, críticas, ejemplos, comentarios, la estrategia digital, la territorial, tu comunicación política. Todo lo que tienes debe volcarse sobre ese tema. El flanco donde desembarcaste debe ser tu obsesión, olvida la polémica sobre los otros temas que representan las dos caras de la polarización.


Otra acción es construir una categoría que junte a los dos rivales polarizados, no hacer referencia a los ataques y contra ataques que intercambian entre ellos. En esa categoría ambos son iguales, equivalentes. Y en la otra categoría estás tu o tu partido. Lo verdaderamente nuevo. Ellos son Nokia y BlackBerry. Tú debes ser un iPhone.

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© Alejandro Fabara Torres. 2024

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